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Comunicado No. 34 – 18 de mayo de 2021 –
Hoy, después de casi tres semanas de paro, concluimos que son los jóvenes quienes nos dan el ejemplo para soportar un día más en las calles. Con su capacidad de resistencia y creatividad siguen marchando en medio de la violencia irracional y demencial del Estado, la cual, nos recuerda el lado más oscuro de las dictaduras.
Las marchas, y el paro en general, han sido un derroche de arte y cultura. Desde los numerosos grafitis en murales y calles, los cuales expresan el sentir de millares de jóvenes que buscan un futuro mejor, hasta las piezas rítmicas de los tambores en medio de comparsas y chirimías que adornan el paso de la marcha. Y ni qué decir de los raperos y poetas, quienes con sus acertadas letras llevan su queja con su ritmo particular, músicos con sus instrumentos sinfónicos resistiendo desde las melodías, las cuales claman por un cambio en nuestro país.
Son jóvenes a quienes los une una enorme dignidad. Provienen de diferentes grupos sociales, culturas y hasta nivel educativo, quienes se identifican solidariamente con esos sentimientos nobles de buscar un futuro mejor. Es así como se encuentran en la calle, en donde han tenido la capacidad de tomar las banderas de la exigencia de sus derechos. Se movilizan desde la comprensión y la información. Pertenecen a una generación mejor informada, que no espera a la noche para ver los noticieros en las cadenas tradicionales, manipuladas por el gobierno de turno y por sus dueños, los grandes grupos económicos.
Los jóvenes se informan por las redes sociales más rápido, con mayor veracidad y más globalmente de lo que lo hacían generaciones anteriores. De ahí deriva su gran capacidad para asumir con criterio propio una posición más crítica hacia la situación actual. La información que les llega es global, no local y por eso ellas y ellos siguen en las calles exigiendo unas demandas sociales mínimas que son la base de la convivencia pacífica en muchas sociedades del mundo democrático y que son garantizadas por los Estados Sociales de Derecho.
Hoy, las y los jóvenes colombianos han dicho “¡ya no más!” a tanta violencia, a tanta corrupción, a la gran desigualdad social, a la precarización laboral, a la poca capacidad del Estado para garantizar una cobertura en educación y salud de calidad. Exigen también que se detenga la violencia estatal, que arroja un oscuro balance:
2.110 casos de violencia policial; 39 homicidios cometidos aparentemente por la fuerza pública; 16 violaciones a mujeres; 30 víctimas de agresiones oculares y una cifra incierta, pero alta, de desaparecidos. Prácticas todas que se asemejan a las peores represiones que aplicaban las dictaduras militares y de derecha del cono sur. Todo esto, sumado a un macabro conteo de muertes de líderes sociales asesinados y al incumplimiento del gobierno de los acuerdos de paz.
Hoy, el reflejo de la tan temida y nombrada dictadura venezolana, nos mira directamente a los ojos. Nos muestra que el peligro no era el volvernos como nuestro vecino, sino seguir siendo la desigual e inequitativa Colombia de siempre. Las cifras muestran que lo vivido por nosotros sobrepasa, y de lejos, las dificultades de nuestro hermano país.
Desde Conexión Sindical seguimos apoyando el Paro Nacional y nos sumamos a las exigencias, que vienen desde múltiples latitudes del mundo, para que se respete el legítimo derecho a la protesta y se garanticen los derechos fundamentales de la población. A los y las jóvenes colombianas, ¡Gracias!
Junta Directiva
Conexión Sindical