
Comunicado No. 13 – 19 de mayo de 2020 –
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A menos de una semana de cumplir dos meses de emergencia sanitaria en nuestro país, por causa de la Covid-19, las y los trabajadores bancarios que laboramos en Bancolombia, hemos tenido que adaptarnos a las “nuevas normalidades”. Una de ellas es lo que ahora llaman “autocuidado”. Usar tapabocas, lavado permanente de manos, ritual de desinfección al llegar a nuestros hogares y la desinfección de compras a domicilio o en los supermercados. También adaptarnos al temor y a la incertidumbre frente a un contagio por trabajar en atención al público, porque, según el gobierno y el sector bancario, este es un “servicio esencial”.
¿Lo hemos logrado? No. El miedo y el temor siguen manifestándose entre las y los trabajadores. Hemos visto que las medidas de bioseguridad han sido implementadas con celeridad y eficacia en sectores realmente esenciales, como, por ejemplo, los supermercados. Por el contrario, esas medidas en el banco, en términos generales, se han hecho para aparentar y disimular que se cumplen, pero en realidad son pocas, se aplican de manera insuficiente, en unas oficinas sí y otras no y a veces de forma errada.
La desinfección de manos que debe hacer el banco a los clientes al entrar se aplica en unas cuantas oficinas, mientras que la toma de temperatura, en ninguna. Debido a esto, los direccionadores y quienes prestan sus labores en atención al público, siguen estando expuestos al contagio.
A esto, debemos añadir el vaivén de medidas respecto a horarios. Se han cerrado los horarios extendidos y se han partido las jornadas de trabajo. Lo que ha hecho coincidir salidas y entradas con las horas pico en el transporte público. Mientras que en el área de cajas y asesoría se trabaja con distanciamiento social (que durante dos meses no se cumplió), tener que permanecer en la oficina para almorzar, nos obliga a hacinarnos en pequeñas cocinetas donde no se puede mantener la distancia social. Y salir a almorzar a la casa, duplica el riesgo de exposición en el transporte público.
Ahora, como una muestra más de improvisación y falta de previsión del banco, para poder cumplir con las exigencias de bioseguridad establecidas por el gobierno nacional en esta “nueva normalidad”, en algunas oficinas, personal de caja y de asesoría, están siendo llamados a ejercer la labor de direccionadores, en una clara contravención a las funciones pactadas en el contrato de trabajo.
Esperábamos que, tras las improvisaciones y decisiones tardías de los primeros días de la emergencia, y con dos meses ya transcurridos en la misma, el banco por fin mostrara su interés por protegernos y creara grupos de consulta con las y los trabajadores, para tomar acorde a sus necesidades, unas medidas que no solo fueran oportunas, sino, además, justas y equitativas con el valor que más tiene que cuidar: las personas que trabajan allí. Pero aún no lo hace.
Seguimos esperando que esto suceda, porque, como lo hemos visto en estos dos meses, todas las medidas se han tomado luego de nuestras protestas y razonables solicitudes. A pocos días de volver a la “nueva normalidad”, reiteramos el llamado a Bancolombia para que en conjunto tomemos las mejores decisiones y así aliviar nuestras condiciones de bioseguridad y las de la comunidad en general, pero, sobre todo, alcanzar por fin, algo de tranquilidad en estas nuevas condiciones.
Junta Directiva
Conexión Sindical