Comunicado No. 7 – 7 de abril de 2020
Ronda la idea de que Colombia ha hecho un mejor manejo de la crisis del Covid-19 que otros países. Afirmación discutible, pues un país como Corea del Sur, realizó hasta 20.000 pruebas en un día, mientras que nosotros en un mes, hemos hecho, según medios oficiales, 25.000. Una cifra rodeada además de dudas y cuestionamientos.
Con mediciones de este tipo, es irresponsable tomar decisiones sobre cuáles actividades son o no, vitales e indispensables. Así mismo, sobre las medidas que se deben tomar para proteger a los y las trabajadoras que las hacen posibles. En el caso de la banca, en nuestro país, sentimos que esta se ha mantenido abierta, solo para salvaguardar los intereses de los grandes capitales.
Es así como ha venido operando la banca con el auspicio del Gobierno Nacional y de ASOBANCARIA, al declarar su servicio como “público y esencial”, para proteger a un sector que desde hace décadas viene obteniendo ganancias billonarias, como lo fueron las de Bancolombia, con 3.2 billones al cierre del año 2019. Y el puntal de un impuesto como el gravamen a los movimientos financieros (conocido hoy como 4×1000), creado en 1998 para que el pueblo pagara una supuesta crisis de los bancos y que empezó en 2 y temporal y se convirtió en 4 y permanente.
Nos dicen que la banca no cerró su servicio al público, con la disculpa de prestar un servicio vital para sus clientes, pero lo que hemos evidenciado quienes trabajamos en el transcurso de la cuarentena, es que la mayoría de las operaciones realizadas por los clientes no son “vitales” o “urgentes” o “fundamentales” en la situación actual.
Mantener las oficinas abiertas, durante un aislamiento que se prolongará por 20 días más, incentiva a los ciudadanos a tener una excusa para “escapar” del “encierro”. Así lo hemos visto en las aglomeraciones registradas en los alrededores de las oficinas de Bancolombia durante varios días.
En medio de esto, hay quienes les resulta muy fácil aplaudir y dar directrices desde la comodidad de sus casas o con la familia protegida desde el confinamiento en sus fincas. Así, pretenden transmitir una voz de aliento a quienes en realidad estamos expuestos día tras día, tácitamente obligados, para soportar una operación que no debería ser esencial para el momento tan delicado que vivimos. Muchos lo notamos, mientras esperamos con temor si el próximo cliente, con su transacción no esencial, estará contagiado o no.
Desde Conexión Sindical, celebramos que el gobierno nacional haya entrado en razón y haya prolongado la cuarentena, insistimos que hay que sumar el cierre de las oficinas bancarias, con el fin de poder confinar la mayor cantidad de personas para el periodo más crítico que se avecina. Ya que la economía no puede estar por encima del ser humano.
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